El
Preescolar de tres grados
Por: Julio Parra
En nuestro medio, se viene hablando del preescolar de tres grados en los
establecimientos oficiales, principalmente desde
1994 (con la ley 115); sin embargo, después de veinte años, es poco lo que
se ha avanzado a nivel nacional al respecto. Y en los pocos entes territoriales
en los que se ha abordado el preescolar de tres grados, no es mucho lo que se
ha realizado a la fecha.
Prácticamente
hasta ahora es que se está ampliando la cobertura en grados anteriores al
Transición, en ciudades como Bogotá. Esta situación explica la falta de unidad
de criterios al respecto, y de precisiones normativas indispensables.
En lo
que sí hay claridad, sobre todo desde el decreto 2247 de 1997, es en que los
niños de tres años corresponden al pre-jardín, los de cuatro años a jardín y
los de cinco a transición. Sin embargo hay otros asuntos medulares que
requieren mayor profundización y definición.
En el
ámbito nacional, el min-educación produjo unos interesantes lineamientos
curriculares para el nivel preescolar y en la capital, la Secretaría de Educación
(SED) editó un bello libro sobre lineamiento curricular y pedagógico de la
educación inicial.
A
partir de los documentos y normas existentes, se puede avanzar en otros
asuntos, como el tener en cuenta la especificidad y los requerimientos
particulares de cada grupo de edad, para definir unos parámetros de estudiantes
por docente que respondan mejor a nuestra realidad.
En
Bogotá, hasta el año pasado, en los colegios oficiales, se venía trabajando con
el siguiente parámetro: Transición 25 estudiantes por docente, Jardín y Pre-Jardín
20, aunque, uno que otro, dejaba 15 estudiantes en pre-jardín, éste proceder no
resultó arbitrariamente, pues la atención personalizada requerida en cada grado
es diferente y va decreciendo un poco en la medida que se avanza de grado.
Ahora
bien, en el artículo 15 de la Resolución de matrículas 1231 de 2013 de la SED, se
coloca en el mismo saco a Pre-Jardín, Jardín y Transición, en tanto que para
estos tres grados del nivel preescolar se da el mismo parámetro de 25
estudiantes por docente, lo que no concuerda con los parámetros internacionales,
ni con la filosofía expresada en el decreto 1860 de 1994, ni con el ya
mencionado 2247, ni con muchas otras cosas dichas en diversos lugares.
Desde
el año 2007 hasta el 2012[1], en todas las resoluciones
de matrículas de la SED, se habla de 20 estudiantes por docente para pre-jardín
y jardín, y 25 para transición. Ese parámetro no es lo mejor, pero lo mínimo
que debe hacer la SED por decisión propia, es volver cuanto antes al que traen las
cinco resoluciones anteriores a la del 2013 y preparar una modificación más
contemporánea y pedagógica.
No es
entendible por qué, en lugar de diferenciar el parámetro de
Jardín y pre-jardín, de conformidad con la especificidad de cada grupo de edad,
se produce tan inexplicable retroceso. No sabemos si ese artículo de la norma corresponde o
no, a una nueva directriz, pero lo cierto es que debe ser corregido cuanto
antes. Es necesario que se emita una orientación pronta y precisa a las Direcciones Locales y a Cobertura, para que se tengan en cuenta la visión más de acuerdo con las condiciones actuales de la ciudad.
La
actual realidad es que en diversos establecimientos, en los que se conservan
las dos jornadas, los mismos espacios y, en general, las mismas condiciones de
antes, se esté presionando desde las Direcciones Locales y por Cobertura, la
aplicación de la mencionada medida del 2013.
Hablando
de espacios, hay algo preocupante al respecto, pues suele suceder que los
pequeñines están en los salones más reducidos, lo cual desdice mucho de una
administración de avanzada. En éste sentido, deberían seguirse los estándares
arquitectónicos, y proceder de manera diferencial en la asignación de
estudiantes por aula, pues no está bien que en espacios pequeños se maneje la
misma cantidad de estudiantes que en ambientes amplios y bien dotados.
Es
loable lo que ha dicho la Administración Distrital sobre la infancia, pero a la
par deben tomarse medidas precisas para dotar cada grado de preescolar de lo
indispensable, por lo menos de los elementos básicos, haciendo las adecuaciones
y ajustes necesarios; hay, por ejemplo, muchos muebles inapropiados para el
trabajo con los pequeñines y se continúan adquiriendo algunos que dejan mucho
que desear desde la óptica ergonómica.
La
modificación, en sentido progresista, de los parámetros de preescolar trazados
en el 2013, va en consonancia, con el artículo 5º del decreto 2247, y con mucho
de lo que se dicho recientemente sobre la primera infancia. Un cambio de
avanzada, sería no sólo disminuir la cantidad de estudiantes por
docente, sino también la toma de otras medidas, como la contratación se
auxiliares de aula; todo lo cual concuerda con los parámetros internacionales más
desarrollados y las diversas tendencias pedagógicas contemporáneas.
De lo
sucedido con la mencionada resolución de matrículas, debe quedar claro el
acostumbrarnos a estar más atentos, más al tanto, de las decisiones y proyectos
de la Administración, para, según el caso, apoyarlas, buscar su ajuste o presionar
su derogatoria.
En general,
los docentes debemos tomar muy en serio la lucha por disminuir el número de
estudiantes por docente, no sólo por ser un imperativo para la buena salud
física y mental de cada quien, sino también porque es una condición imprescindible
para mejorar la labor pedagógica.
Y no
basta con enarbolar la consigna de los parámetros como algo adjunto a otras
prioridades, o como algo obtenible a mediano o largo plazo, sino que debe
interiorizarse su inaplazable necesidad y lo conveniente de conseguir avances
significativos en ésta dirección cuanto antes.
[1] Ver resoluciones SED 2165 del 2007, 2212 del 2008, 1577
del 2009, 1582 del 2010, 2016 del 2011 y 1426 del 2012.
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