¿Un Lutero para el fútbol?
Por: Rodrigo Uprimny
¿Será que el fútbol necesita una especie de
Lutero que intente reformarlo y sobre todo moralizar a esa suerte de papado del
fútbol que es la FIFA, aun a riesgo de que eso pueda conducir a un verdadero
cisma futbolístico? Es una metáfora que vale la pena explorar.
A inicios del siglo XVI, en Europa
existía un gran fervor cristiano pero el papado, que era la institución
dominante de la cristiandad y un poder sin controles eficaces, enfrentaba
escándalos crecientes por problemas cada vez más serios de corrupción y de
falta de religiosidad.
El punto culminante de esos escándalos
fue el abuso de las “indulgencias”, que eran la facultad que se reconocía al
papa y a sus delegados de evitar que una persona tuviera que sufrir las
sanciones por haber cometido un pecado. Si el pecador se arrepentía y hacía
ciertos actos piadosos, entonces el papado podía excusarlo de la pena que debía
en principio cumplir en la tierra y en el purgatorio. El escándalo se
desarrolló porque cada vez más el acto piadoso exigido fue el pago de dinero al
papado, para que éste pudiera financiar sus lujos y construcciones, como la
basílica de San Pedro.
En 1517, Martín Lutero se rebeló contra
la corrupción del papado y en especial contra el llamado “comercio de las
indulgencias” y afichó en la Iglesia de Wittemberg sus famosas 95 tesis, con
las cuales pretendía lograr la reforma del catolicismo y de la cristiandad.
Esta crisis religiosa del Siglo XVI
tiene una cierta similitud con el fútbol actual. Este mundial mostró que a
inicios del Siglo XXI el mundo experimenta un verdadero fervor futbolístico,
pero que la FIFA, que es el papado de este deporte y un poder que escapa a todo
control, enfrenta escándalos crecientes por su falta de transparencia y por
acusaciones cada vez más serias de corrupción de sus dirigentes.
El punto culminante de estos escándalos
ha sido la asignación de la sede del Mundial de 2022 a Catar, en donde habría
que jugar los partidos en temperaturas extremas. Esta ridícula decisión de la
FIFA se explica porque al parecer responde a indulgencias semejantes a las que
escandalizaron a Lutero pues, según ciertas investigaciones periodísticas del
Sunday Times, la sede a Catar habría sido obtenida gracias a pagos secretos
millonarios a algunos dirigentes del fútbol africano por un exdirigente de la
FIFA. Pero ese no es el único escándalo que rodea a la FIFA, pues hay muchos
otros, como arbitrajes muy sospechosos pero avalados por la entidad, o la
imposición de sanciones desproporcionadas, como en el caso del mordelón Luis Suárez,
o la repetida reelección del cuestionado Sepp Blatter.
A casi 500 años de la rebelión de
Lutero, el fútbol necesita un Lutero que afiche en algún templo del fútbol,
como el Maracaná, las 95 tesis para la reforma del papado del fútbol. La
primera debería ser la prohibición de la reelección de su presidente. Y si este
papado se resiste a la reforma, pues habría que pensar hasta en un cisma
futbolístico.
Tomado del Espectador,
13-07-14
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